viernes, 13 de mayo de 2011

miércoles, 11 de mayo de 2011






INFLUENCIA DEL CINE EN LA SOCIEDAD


Al referirnos de la influencia del cine en nuestras vidas, es fácil que asome a nuestros labios un rictus de escepticismo: ¡Otra vez la visión apocalíptica de las películas! Y es cierto que se ha hablado de ello con frecuencia, pero rara vez desde una perspectiva antropológica. Desde sus orígenes, el cine ha actuado siempre como un modelo conformador de actitudes y estilos de vida, un espejo en el que todos nos miramos para decidir nuestros modelos y nuestras pautas de comportamiento. Por eso las películas cinematográficas influyen tan notablemente en nuestra percepción de la realidad.
 
Podemos decir que el cine como factor de socialización tiene una influencia en los valores y en las pautas de conducta. Tiene un magnetismo que es universal. Quedamos impresionados por la evidencia, traída ante nuestros ojos, pues el influyente cine ejerce sobre el punto de vista intelectual y moral de millones de jóvenes”. Su influencia parece ser proporcional a la debilidad no sólo de los jóvenes, también de la escuela, la Iglesia y el vecindario. Allí donde las instituciones que tradicionalmente han transmitido actitudes sociales y formas de conducta han quebrado (…), el cine asume una importancia mayor como fuente de ideas y de pautas para la vida”.

Por lo que respecta a la educación reglada, es cierto que, cada vez más, los profesores se limitan a instruir, transmitir conocimientos y renuncian a educar: un modelo de vida, valores, ideales de comportamiento; y ello por temor a ser criticados de “imponer sus creencias” a los estudiantes. Ante esta crisis en la educación y en los valores, el cine adquiere cada vez más protagonismo como instancia educativa de los jóvenes: él es el que dice a los jóvenes cómo deben comportarse y actuar, cuáles deben ser las relaciones familiares y de pareja, dónde está el bien y el mal, en qué consisten la felicidad y el fracaso personal.

Titanic como muchas otras películas vistas en los cines por millones de espectadores de todo el mundo, ha influido sobre la consideración del noviazgo, el compromiso y las relaciones prematrimoniales más que todas las explicaciones que puedan existir en el aula sobre estas materias. Y es que, en el fondo, subyace el problema de la autoridad en la educación.
 
Ante la desorientación o indiferencia de los mayores, los jóvenes otorgan actualmente más autoridad del conocimiento de la realidad y de cómo debería ser la realidad a las películas que a las clases de ética y de moral en la escuela, a las conversaciones orientadoras con sus padres y hermanos, y hasta la evidencia de su vida familiar experimentada durante años.

Cuando advertimos el alcance de audiencias millonarias que han logrado algunas películas demoledoras o, cuando menos, disolventes en lo que se refiere a la imagen de la familia. Filmes como La naranja mecánica, Instinto básico o American Beauty han superado en los cines de muchos países más de cinco millones de espectadores. Y en la mayor parte de los casos quienes las veían no eran conscientes de la amargura, cinismo y revisión crítica de la institución familiar que esas cintas les habían dejado.

El cine contribuye, con la difusión internacional de los filmes, a la homogeneización cultural de todos los países. Pero ésta es sólo una parte del influjo que las películas ejercen sobre las audiencias. Tudor señala, junto a la función de socialización, otra función de legitimación. “La primera afirma que es el proceso por el cual las películas, como parte de nuestra cultura, nos suministran un ‘mapa’ cultural para que podamos interpretar el mundo. La segunda es el proceso más general por el cual las películas se usan para justificar o legitimar creencias, actos e ideas”.

Hoy en día, el cine ha legitimado conductas y percepciones de la realidad que antaño provocaban el rechazo o la discrepancia de la mayoría de la población. Sin embargo, en la actualidad esas cuestiones se aceptan como inevitables, o incluso como “tal vez correctas”, por la carta de legitimidad que las películas le han otorgado. Entre otros aspectos que el cine ha contribuido a legitimar, podrían señalarse éstos que afectan directamente a la familia:
      — La homosexualidad, en cintas como Brokeback Monutain, Philadelphia, Las horas o La boda de mi mejor amigo.
      — La convivencia durante el noviazgo: en teleseries de audiencia juvenil, como Compañeros y Al salir de clase, o en otras muchas teleseries: Aquí no hay quien viva, Los Serrano, etc.
      — La ruptura familiar, incluso el adulterio como liberación personal. Entre otros filmes, cabe citar Memorias de África o Los puentes de Madison.
      — La eutanasia, con la promoción alborotada de películas ideológicamente orientadas, como Million Dollar Baby o Mar adentro.

Ciertamente, el cine ha sido siempre una “fábrica de sueños”. En ellos nos proyectamos y tratamos de configurar nuestras identidades. Por eso, porque son punto de referencia para nosotros mismos, el séptimo arte ha sido también comparado a un gran espejo en el que nos miramos y buscamos nuestro verdadero rostro. Lo que esa imagen autoriza a pensar o a actuar, será asumido por nosotros como algo legítimo, válido y plenamente aceptable en nuestra vida. 
 
Por otra parte, el cine posee un impacto multidimensional, del que difícilmente podemos sustraernos. A diferencia del periódico o la revista, que afecta sólo al sentido de la vista; o a diferencia de la radio, que incide sólo sobre el oído, el cine influye en varios sentidos al mismo tiempo. Ofrece una imagen, como la pintura o la fotografía (con un estudiado tratamiento de la luz, el encuadre, la composición, etc), pero añade a la vez la sugestión del movimiento (como en la danza o en el baile); y, al mismo tiempo, nos envuelve con la banda sonora (como en una audición musical), y realza la acción con los efectos de sonido, y con una modulación de la voz en los actores, y con una retórica verbal en el guión. Todo ello está afectando simultáneamente a nuestro psiquis, que es incapaz de separar todos esos estímulos y anteponer para cada uno de ellos el adecuado filtro. Por todo ello, resulta muy difícil sustraerse al impacto que puede producir una secuencia bien planificada, y prácticamente imposible moderar el juego de emociones que va desarrollando el argumento del filme: porque la historia se “siente” al compás de la música; y la interpretación de los actores, con la luz o la decoración que se han escogido para esa escena. Ej: El Cisne Negro, High School Musical, entre otros filmes.

Sólo el ambiente de la sala contribuye a que “nos metamos” en la historia ficticia. Se apagan las luces, se enciende un proyector sobre la pantalla de grandes proporciones y empieza el sonido de una música que procede de todas direcciones. Nada nos distrae de esa trama que comienza: como cuando vemos el televisor, ni llamadas telefónicas o tareas pendientes. Todo está pensado para invitar a la relajación y la contemplación; y, de hecho, los ojos no pueden ver si no es en la dirección de la pantalla.

Es precisamente en esas circunstancias cuando acontece lo que Woody Allen plasmó metafóricamente en la película La rosa púrpura del Cairo: el espectador se siente impulsado a cruzar el espacio que le separa de la pantalla y, con su imaginación, entra en el mundo de la ficción cinematográfica y experimenta en sí las emociones que viven los personajes: se alegra, se entristece o se enamora con el protagonista, y hace vida propia sus inquietudes e ideales.

lunes, 9 de mayo de 2011

Artículo
La Cultura Mediática, Impacto en la sociedad

La cultura mediática sin duda alguna, es muy importante en la Comunicación , pues su papel principal es mantener comunicado a las masas. Por eso conviene recalcar que una de las cuestiones que está en juego y motiva su estudio, desde la educación, es el poder que, de hecho, tienen los Medios de Comunicación para vehicular contenidos, percepciones y referentes de todo tipo que van a ser muy tenidos en cuenta por los ciudadanos. Hoy, más que nunca, se hace necesario entrar en el mundo de la comunicación, desde una postura crítica, que conlleva a la vez, reflexión y escepticismo y que nos hace estar en duda permanente sobre la función que ejercen los medios de comunicación y cómo tenemos que interrogarnos sobre los productos mediáticos que están siendo consumidos por la población infantil, juvenil, mayores y menores.
Los consumos culturales mass mediáticos establecen un recurso fundamental para la imaginación como proyecto social cotiadiano. Y son quienes signan el mundo actual, no porque sean técnicamente novedosos, sino mas bien porque inducen y a veces hasta condicionan la acción de la imaginación colectiva. Éstos además han creado dentro de la sociedad moderna nuevas formas de interacción y relaciones. Formando territorios virtuales, los cuales son capaces de movilizar ideas, opiniones y nexos sociales. Un ejemplo claro de esto es el correo electrónico y la TV satelital, que han abierto la posibilidad para la instauración de nuevos procesos comunicativos de tipo transnacional.
En la actualidad ya resulta incuestionable el papel que desempeñan los Medios de comunicación sobre la construcción de conocimientos y estereotipos en niños y jóvenes. Sabemos, por experiencia directa y por diferentes estudios realizados, que son muchas las horas de recepción ante la televisión, por ejemplo, ante el ordenador y videoconsolas donde la interacción y referentes de los contenidos que aparecen en esos programas hoy son muy diferentes a los de hace años que se encontraban en las personas cercanas, familia, amigos teniendo que asumir que antes existían referentes mucho más directos y que, sin menospreciar la influencia que tienen y que deben ejercer sin duda estos modelos anteriormente reseñados, también se constata el gran poder de la televisión, por encima de otros medios tecnológicos, sobre todo en niños y adolescentes mediante el análisis de sus preferencias .

El impulso de la tecnología de la información y de la comunicación está haciendo que la sociedad de nuestros días disponga de una gran variedad de fuentes de información, a través de una gran diversidad de soportes que ofrecen la posibilidad de consumir un determinado número de propuestas, ideas, sugerencias, mensajes y decisiones que están siendo transmitidas por los medios de comunicación de masas. Estos medios tienen una amplia presencia en las tareas formativas, así publicidad, medios masivos de comunicación y sistema educativo son términos interrelacionados en la dinámica comunicacional. De esta forma nuestra cultura se construye desde la televisión, los ordenadores y las telecomunicaciones, por consiguiente una nueva visión del aprendizaje está emergiendo debido al uso de estos materiales generados desde las tecnologías y que nos llegan de diferente manera. Esta idea plantea el papel y la democratización de los medios, el papel que puede adoptar el usuario al estar ante lo que ocurra y su capacidad para fabricar sus productos, informaciones y convertirse en autor, agente activo y construir desde ahí el aprendizaje.
Esta manera de estar ante los medios y con los medios, de analizar sus productos y compartir la información hará que el aprendizaje se entienda como empresa compartida, un proyecto a desarrollar con la participación de profesores, alumnos, familia, puesto que todos somos usuarios de estos medios. Y del mismo modo hoy, más que nunca se hace necesario entrar en el mundo de la comunicación mediática, desde una postura crítica, que nos cuestiona la función que ejercen los nuevos medios de comunicación y cómo tenemos que valorar sus productos, en la  medida que van creciendo.Pues se observa la dificultad que experimenta un número importante de individuos para criticar los mensajes que se transmiten en los medios de comunicación.

Se ha observado una preocupación por la influencia de las experiencias mediadas por máquinas como los juegos por ordenador, las películas y los dibujos animados violentos en la televisión. Su efecto en la moralidad y la supuesta pérdida de interacción física y humana. Los juegos de ordenador y el entrenamiento virtual han sido extensamente criticados por su violencia que, en muchos casos no es representativa de la violencia actual. Sobre esta cuestión en la década de los ochenta se hicieron trabajos sobre el análisis de la tv concluyendo de su investigación que las noticias televisivas tienden a ofrecer diez veces más violencia que las personas que lo vieron. Esto nos lleva a pensar que habrá que asumir un papel educativo sobre las experiencias mediadas por este medio. La TV no debería ser usada como canguro electrónico, educador y entretenimiento durante la vida del niño.

lunes, 2 de mayo de 2011

1 de Mayo

El Día del Trabajador




            
El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Fecha que exalta a toda actividad física e intelectual, desempeñada a cambio de una retribución” fijada por un convenio, la ley o costumbre”.
Hace ya más de medio siglo que el 1° de Mayo es la Fiesta del Trabajador. Y por ende se ha marcado como feriado. ¡Cómo no celebrar este triunfo tan bien logrado en Chicago, en el año 1886, que nos regaló aquella gente que luchó por el bienestar de todos los trabajadores!
Refiriéndonos al ayer, las jornadas de labor que los obreros debían cumplir llegaban hasta las l2 y l4 horas de duración. Hoy en día hacemos memoria, que gracias a una misma voz de  reclamos, el 1° de Mayo de 1886, se logró reducir a ocho horas diarias de trabajo.
Para muchos quizás se va borrando el recuerdo de la dureza que tuvo la fecha en los tiempos iniciales de las luchas sociales. Pues las horas de luto y dolor fueron ya hace décadas. Mas se debe hacer hincapié que el 1° de Mayo, como Día de los Trabajadores, no es un mero feriado. Puesto que es el día en que las mujeres y hombres de todo el mundo se unen en la común aspiración de la mejora de todos hacia mayores niveles de justicia y se hermanan en la responsabilidad social del trabajo en paz.
Por otro lado el trabajo puede ser calificado como una fuente de riqueza individual, que realiza el hombre, permitiéndole llevar una vida digna, también se puede decir, que es el único origen de riqueza colectiva. Donde no sólo me beneficio yo, sino también mi entorno.
Recordemos siempre que el trabajo es algo digno, es algo muy preciado, y se debe disfrutar, por ende no debería ser una carga. Antes sí lo era, cuando no se había abolido la esclavitud, y no se gozaba de los derechos del trabajador. Más hoy en día no se debe permitir el abuso de nuestros jefes, empresas y toda élite. Para no pasar por esos antiguos estragos laborales, haciendo valer nuestros derechos, y también cumpliendo con nuestras obligaciones, para poder exigir nuestros beneficios como trabajadores dentro del marco del respeto.

                    

compañeros del V|| semestre de periodismo

  • farandulaturistica.blogspot.com
  • carolina-cronicasdetodo.blogspot.com
  • deportista86olympus.blogspot.com
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